Por
Martín Romero
En el día de ayer, 20 de Abril, lo que podría
haber sido una de las ya típicas escaramuzas entre mercenarios assadistas de
las Fuerzas de Defensa Nacional (NDF), escalaron en un enfrentamiento abierto a
lo largo de la ciudad.
Los mercenarios atacaron con disparos a una
patrulla de Asayiş, las fuerzas populares de seguridad ciudadana organizadas
por la autoadministración de Rojava. Como resultado, dos efectivos resultaron
muertos. Asayiş respondió a la agresión mediante su grupo táctico de elite
antiterrorista HAT, provocándoles varias bajas a los mercenarios.
Los enfrentamientos se extendieron a otros
puntos de la ciudad, por lo que se involucraron también fuerzas regulares del
Ejército. Como contraparte, las YPG/YPJ entraron a la ciudad en apoyo de Asayiş.
Las tropas assadistas colocaron
francotiradores en los minaretes de las mezquitas y en otros puntos elevados,
abriendo fuego contra todo lo que se mueva, provocando muertos y heridos entre
la población, en una acción criminal similar a las cometidas por el régimen en
ciudades sirias como Alepo, Homs y Damasco, entre otras.
Las fuerzas populares de Rojava tomaron
posiciones rápidamente y avanzaron contra varios puestos de control de las NDF
y la prisión, al este de la ciudad. En el oeste cortaron la vía de acceso al
aeropuerto.
Habitantes de Qamishlo y milicianos
denunciaron la presencia de aviones y helicópteros del régimen, que
sobrevolaban la ciudad de manera amenazante. A pesar de tomar muchos recaudos,
los avances fueron rápidos en el barrio lindante a la prisión.
Cabe recordar que Qamishlo no había sufrido de
acciones de guerra importantes, por lo que la mayoría de sus vecinos se
encuentran en sus actividades diarias o en sus casas. Fueron liberados un
centro de panificación, locales del partido Baath y algunos puestos de control
del régimen. Los combates continuaban en la noche anterior, con menor
intensidad.
Las acciones recrudecieron por la mañana. Los
últimos reductos de resistencia en la prisión se rendían a los Asayiş, mientras
18 militantes kurdos presos por el régimen eran liberados de la misma.
Se informó que más de 50 soldados se
entregaron a las fuerzas kurdas en la prisión. Otros grupos se rindieron
también en varios puntos de la ciudad. La batería de artillería del Ejército
Árabe Sirio, con base en el aeropuerto, comenzó a bombardear posiciones de las
fuerzas de Rojava en los alrededores y en la prisión.
Llamativamente, un atacante suicida de Daesh
cargado de explosivos, arremetió al este de Qamishlo contra un puesto de YPG,
provocando muertos y heridos (no se especificó el número).
El hecho fue reivindicado por los terroristas,
pero no sería extraño que pueda haber tenido un corredor o “zona liberada”
proporcionada por el régimen. En el pasado, Assad había ordenado en una
oportunidad abrir las puertas de las cárceles, permitiendo a muchos detenidos
incorporarse a las filas de Daesh y atacar a la oposición siria por la
retaguardia.
Los choques continuaron a lo largo del día de
hoy, y fueron reportados varios impactos de obuses, disparados por la
artillería del régimen, sobre las casas y con víctimas civiles, que todavía no
han podido confirmarse en número. Conforme pasan las horas, los combates se
hacen cada vez más duros y en mayor cantidad de puntos a lo largo de la ciudad.
Estas últimas acciones echan por tierra todas
las versiones esgrimidas por algunos sectores que acusan a las milicias
populares de Rojava de trabajar para Bashar al-Assad, y consolidan el nuevo
“Frente reacionario antikurdo”, que tuvo como puntapié la reunión entre el
presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y su par iraní, Hasan Rouhani. Cabe recordar que este último es uno de los
principales pilares de apoyo del régimen assadista.