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Imágenes del acto promovido por el gobierno para fortalecerse y aplastar a los kurdos. |
Por Juan Giglio
Miles de personas han viajado por tierra para llegar al acto
convocado por el gobierno y dos de los partidos de la oposición burguesa, el
CHP -kemalista- y el MHP –fascista- para, supuestamente, “apoyar la democracia”
y repudiar el fracasado golpe del 15 de julio pasado.
La concentración tuvo lugar en el vecindario de Yenikapı, hasta
el cual se movilizó el presidente Recep Tayyip Erdogan con un helicóptero, de
manera de encontrarse con jerarcas de la política turca, como el ex presidente Abdullah
Gül y el Jefe de Estado Mayor, el General Akar, quien fuera secuestrado por
los golpistas.
Según los medios masivos de difusión, controlados por el
oficialismo, “millones de personas estaban presentes enarbolando banderas
turcas”, ya que se prohibió marchar con símbolos partidistas. Además, se notó
la presencia de estandartes del FSA, Ejército Libre de Siria.
Esta “fiesta” popular organizada por Erdogan tiene dos objetivos. El primero, fortalecer al gobierno, que quedó maltrecho luego del intento fallido de golpe, ya que la principal institución del estado -sus fuerzas armadas- se partió en dos y el régimen está perdiendo la guerra de conquista, a través de ISIS, en Siria.
Esta “fiesta” popular organizada por Erdogan tiene dos objetivos. El primero, fortalecer al gobierno, que quedó maltrecho luego del intento fallido de golpe, ya que la principal institución del estado -sus fuerzas armadas- se partió en dos y el régimen está perdiendo la guerra de conquista, a través de ISIS, en Siria.
El otro objetivo explícito, fue unir a todos los partidos en
contra del “enemigo número uno” del estado turco: el pueblo kurdo. Por esa
razón no se invitó al HDP, Partido de la Democracia y los Pueblos, alegando que
“tiene nexos con la guerrilla del PKK”.
Las organizaciones del pueblo kurdo deben asumir el desafío
de unirse a la clase trabajadora y el pueblo turco que sufre los efectos del
Plan de Ajuste del gobierno, de manera de construir un amplio frente de lucha que
se proponga un objetivo concreto: acabar con Erdogan y el régimen
antidemocrático que conduce en complicidad con la “oposición” burguesa.
No habrá manera de democratizar Turquía sin dar pasos en ese
sentido, ya que el gobierno -que es una traba absoluta- pretende recuperar
fuerzas para consolidar el estado de sitio en el sudeste del país o Bakur, que
es donde vive la mayoría de la población kurda.
Hay que continuar la Revolución de Rojava -o Kurdistán
Sirio- impulsando el desarrollo de asambleas populares, de manera de organizar
grandes acciones de lucha -movilizaciones, boicots, huelgas generales- que
pongan contra las cuerdas y derroten a Erdogan y su banda, reclamando para eso el apoyo de los trabajadores y el pueblo
de todo el mundo.
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